Consumo de alcohol y drogas

En un entorno y sociedad en la que está tan normalizado el uso del alcohol, tabaco e incluso el cannabis, a veces puede ser difícil saber dónde está el límite y darnos cuenta de que quizás estas sustancias nos estén afectando más de lo que pensábamos.

Es normal que pensemos que podemos controlar lo que consumimos y las situaciones en las que lo hacemos, pero a veces, hay factores que juegan un papel importante en esa sensación de control. La presión del entorno y las amistades, incluso la falsa creencia de la inocuidad de ciertas sustancias nos puede hacer pensar que no es para tanto y normalizar así el consumo. En otras ocasiones, en cambio, dependiendo de las sustancias o de las situaciones sí que podemos tener una mayor sensación de descontrol y de estar haciendo algo que en realidad no queremos o no deberíamos. Por eso es importante desarrollar habilidades para la toma de decisiones autónomas y saludables, en situaciones donde la presión grupal pueda estar condicionando nuestras respuestas. Las actitudes personales claras ante las drogas facilitan tomar conciencia y parte en lo que se nos vaya presentando, pero no siempre es fácil.

Cada sustancia tiene sus efectos específicos, pero todas afectan físicamente (crean tolerancia y dependencia), psicológicamente (dependencia, cambios de humor, irritabilidad, etc.) y socialmente (ambiente en casa, con amistades o parejas, discusiones, etc.). Sabemos que no es lo mismo hacer botellón o beber alcohol los fines de semana, o consumir habitualmente otras drogas como el cannabis o ocasionalmente drogas como el speed o la cocaína. Cada tipo de consumo se realiza por una razón y con unos objetivos, pero todas ellas tienen un denominador común, que es la del malestar: podemos consumir por no sentirnos bien, por ejemplo, o sentirnos mal (culpabilidad, remordimiento…) después de hacerlo, y tener consecuencias negativas a posteriori.

Los consumos de drogas siempre tienen efectos negativos, de distinta índole y distinto rango. Los más comunes son los siguientes:

• Malestar físico
• Broncas en casa
• Conflictos con el entorno/ amigos
• Dificultades en los estudios (falta de concentración, pérdida de memoria…)
• No acudir a clase
• Cambios emocionales (tristeza, irritabilidad, ansiedad)
• Encontrarnos en situaciones desagradables
• Deudas
• Sensación de descontrol
• Paranoias

Desde Gizakia te podemos entender y también ayudar. Desde nuestro equipo de profesionales experto en la adolescencia y juventud y con un largo recorrido en el abordaje de las situaciones que se pueden vivir en ese rango de edad, ofrecemos una intervención integral y especializada, para poder ayudarte con todas tus inquietudes y las diferentes situaciones que puedas estar viviendo.

¿Cómo es la intervención en situaciones de consumo de alcohol u otras drogas?

El tratamiento que ofrecemos en Gizakia es de tipo integral, es decir, ofrecemos una ayuda desde una perspectiva biopsicosocial, teniendo en cuenta tanto la parte física, la parte emocional o psicológica y la familiar o social.

De esta manera se integran todas las áreas que puedan repercutir en el bienestar de la persona, ya que entendemos que cada situación y cada persona, además de ser singular y única, está compuesta por diferentes interacciones con el entorno y el ambiente más cercano, y que la suma de todas las partes hacen que se pueda entender en su totalidad lo que está ocurriendo.

Los planes de intervención que realizamos en Gizakia son individualizados, es decir, se realiza una valoración personal e individual. Así, el tipo de atención, la intensidad de la misma y la modalidad de intervención se ajustan a las necesidades de cada persona.

Tras realizar una valoración inicial de cada caso, existen diferentes opciones de tratamiento, según las necesidades de cada persona.