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Las adicciones ¿una realidad a ocultar?

Noticia

¿Qué pasa con los que no controlan?

Recientemente el Gobierno Vasco ha anunciado que para final de año, Euskadi contará con una nueva Ley sobre Adicciones, la tercera en los últimos 26 años. Esta ley incorpora novedades importantes entre las que destaca la ampliación de su ámbito de actuación al contemplar la regulación de adicciones diferentes a las relacionadas con el consumo de drogas. Así contempla el juego patológico, las adicciones a las nuevas tecnologías y a otros comportamientos susceptibles de generar dependencia.

Es interesante ver cómo las leyes recogen los cambios que se van produciendo en la sociedad. La primera Ley en materia de drogodependencias, aprobada en 1988, recogía claramente la preocupación de la sociedad vasca por las consecuencias que el consumo de drogas ilegales estaba teniendo en la juventud. Esa crisis pudo ser superada gracias al trabajo conjunto y coordinado desde las administraciones públicas y la iniciativa social, dando lugar al amplio tejido asistencial con el que hoy contamos. Muchas de las entidades sociales que trabajamos hoy día en el ámbito de las adicciones, tenemos nuestro origen en ese momento concreto. Fundación Gizakia comenzó a trabajar en Bizkaia en 1985.

En la actualidad el consumo de drogas, tanto legales como ilegales, ocupa un lugar muy bajo en la preocupación social. Se defiende el derecho a decidir de las personas y cada vez se es más permisivo con los comportamientos individuales. Lo que podría ser considerado como un avance en cuanto a la tolerancia social, nos enseña su cara oculta cuando tomamos conciencia de que, como sociedad, seguimos estigmatizando a las personas que presentan comportamientos que escapan a su control. Somos más tolerantes con las sustancias que con las personas. Resulta paradójico que con frecuencia se transmitan mensajes que banalizan los riesgos de los consumos de drogas y que, sin embargo, al mismo tiempo se escuchen discursos culpabilizadores hacia las personas que sufren drogodependencias u otros comportamientos adictivos. Mientras "se controla", no hay problema pero precisamente lo que caracteriza a una adicción es que el consumo termina escapando al control de la persona que la padece, a pesar de ser consciente de los perjuicios que su comportamiento adictivo está ocasionando en su vida.

Con frecuencia se transmiten mensajes que banalizan los riesgos de los consumos de drogas, pero se culpa a las personas drogodependientes.

Cuando una persona tiene un problema de drogodependencia lo oculta porque siente que la sociedad que admite los consumos controlados estigmatiza las adicciones. Las personas adictas viven en soledad su problema, tendiendo a no solicitar ningún tipo de ayuda hasta que la situación se hace insostenible.

A veces pensamos que esta es una realidad que no nos toca, que nos es ajena, cuando a nuestro alrededor hay muchas personas que luchan día a día por superar su adicción. Personas que están ahí, en el colegio de nuestros hijos, en el txoko, en el supermercado, en el trabajo, entre los conocidos o en la familia.

Incluso cuando una persona ha superado su adicción siente temor a hablar de ello y a que se descubra que en algún momento tuvo un problema de este tipo. Hay muchas personas recuperadas, invisibles y calladas. También hay personas que lo intentan una y otra vez, que desean formar parte de esta sociedad, aportar a la misma, pero que a pesar de su esfuerzo van a necesitar apoyos y recursos durante mucho tiempo, quizá incluso para toda su vida. Una sociedad inclusiva es aquella que es capaz de buscar lugar para sus miembros más débiles.

Quizá para la superación real de muchos de estos problemas sea necesario que además de la prevención y de la atención profesionalizada, trabajemos también como ciudadanos por la construcción de valores sociales como la acogida, la aceptación y la integración. Que nadie tenga que esconderse por tener un problema de adicción.

A veces las palabras pueden generar confusión pero adictos, drogodependientes, ludópatas o compradores compulsivos. ¿Qué más da? Lo que realmente importa son las personas.

En Fundación Gizakia trabajamos con adolescentes con problemas, personas con adicciones y personas en búsqueda de empleo, para que con su esfuerzo y nuestro apoyo profesional puedan superar sus dificultades. Gizakia, 30 años comprometidos trabajando con éxito en adicciones.

* Fundación Gizakia. Artículo publicado en DEIA el 22/06/2014

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